La psicología del deporte está de
moda, casi tanto como los programas de cocina.
La figura del psicólogo deportivo está
adquiriendo una visibilidad hasta ahora impensable ya que el rol del psicólogo
hasta hace bien poco se asociaba a problemas mentales, a patologías o a
conductas de riesgo graves.
El trabajo que desde hace años se
está desarrollando por estos profesionales que en muchos casos tienen una
preparación multidisciplinar que integra la psicología con otras disciplinas
como el trabajo social, medicina deportiva, fisioterapia, educación social, TAFAD , psicopedagogía… está siendo cada vez
más valorado no solo por equipos deportivos de prestigio sino también en escuelas
de deporte base donde el trabajo puede ser muy relevante.
El ámbito de actuación del
psicólogo especialista en deporte puede orientarse en los equipos deportivos mediante
entrenamientos específicos o asesoramiento. Algunos ejemplos pueden ser:
* Entrenamiento de los aspectos
psicológicos que favorecen el rendimiento deportivo como por ejemplo la
motivación, el nivel de activación, la atención, el estrés, la cohesión de
equipo, la autoconfianza en los deportistas.
* Asesoramiento a los entrenadores para
que optimicen el liderazgo que tienen que ejercer como figura de referencia en
sus deportistas.
Además el psicólogo del deporte
puede asesorarles en las distintas estrategias que existen para aumentar
conductas que favorecerán un mejor entrenamiento así como ayudarle a establecer
un método de trabajo que favorezca al grupo teniendo en cuenta las diferencias
individuales.
* Fortalecer y mejorar la
comunicación con el equipo y con los padres puede ser otra labor de gran interés
que evite desgastes innecesarios a los que en muchas ocasiones los entrenadores
se ven sometidos.
* Canalizar las inquietudes y
necesidades de los padres de los deportistas que muchas veces no se tienen en
cuenta.
El psicólogo del deporte NO TIENE QUE hacer todas estas cosas SIEMPRE, ya
que detectar los tiempos de intervención, el momento adecuado y elegir la vía
directa ( siendo él mismo el que asume la gestión ) o indirecta de actuación (
a través del director deportivo, o de los entrenadores o de otras figuras del
equipo) es una de las decisiones más importantes y menos entendidas en
ocasiones por los profesionales no especializados.
Aunque existen herramientas
potentes ( recetas) que se pueden enseñar a los deportistas no todos reciben la misma
influencia en su rendimiento de estos instrumentos (relajación, establecimiento
de objetivos, autoinstrucciones…). Los jugadores no son un bizcocho, o un plato
de Ferrán Adriá, que con las medidas adecuadas de los ingredientes, una buena
cocina y unas buenas materias primas se consiguen platos exquisitos. Nosotros
trabajamos con recursos bien distintos, donde el producto final es el
rendimiento deportivo, personal, académico de un ser humano, donde nuestro
uniforme de trabajo es un chándal y nuestra cocina un vestuario o el baño de
los árbitros o un gimnasio de un colegio, donde la materia prima es
maravillosa, única y especial con sus defectos incluídos.
Cada persona está predispuesta
por factores totalmente distintos, que han forjado su forma de trabajar o de
comportarse y que hay que tener muy en cuenta a la hora de cambiar hábitos o
incorporar nuevas conductas. Las motivaciones son diferentes, las edades y
maduración distinta en cada deportista y en el caso de los deportistas jóvenes
debemos saber que son más volubles, cambiantes e influenciables por lo que
tener esto en cuenta como algo “ normal” hará que la intervención sea más
eficaz y se adapte a las necesidades de cada momento preciso.
En nuestro deporte ( el tenis de mesa) la relevancia
de los aspectos psicológicos es fundamental porque la precisión de los golpes y
de la eficacia en la toma de decisiones está influida por aspectos como el
estrés, el marcador, las expectativas con respecto al rival, el tipo de juego( defensivo-ofensivo), las
indicaciones de la banda…
Muchos de estos aspectos NO SON
CONTROLABLES por lo que formar al deportista y entrenarle en lo que sí depende de él, en su
conducta, en sus estrategias para mantener la concentración pese a lo que
ocurra a su alrededor es un factor clave en la formación psicológica específica en el tenis de mesa.
El trabajo del psicólogo
deportivo no es sólo dar charlas, es entrenar las habilidades que los
deportistas tienen que desplegar en las competiciones. Consiste también en someterles, en la medida
de lo posible, a las mismas variables que pueden afectar a su rendimiento en las
competiciones y establecer una comunicación fluida con ellos que ayude a
identificar las dificultades. Una vez identificadas estas dificultades y
formados los deportistas en varias herramientas que puedan usar para favorecer
su rendimiento, probarlas y evaluar su eficacia se convierte en un trabajo
imprescindible para que los deportistas las incorporen de forma automática en
su actuación deportiva.
Las recetas sin más no funcionan,
funciona adaptar la dosis adecuada o el tiempode cocción a cada jugador y
entender que el protagonista de la historia es el deportista no el psicólogo y
sus conocimientos, por muy amplios que
sean. El CONOCIMIENTO sin saber cuándo incorporarlo a las rutinas
de los deportistas o de las necesidades de los equipos se convierte en
ineficaz.
Creo que para las personas que trabajamos con personas, la formación continua, es necesaria porque nos muestra el camino no para hacer un buen plato siguendo una receta , sino para hacer el mejor posible, el más exquisito , con los recursos que tenemos.
En el mes de Octubre los días 22,
23 y 24 en el IX Congreso Hispano- Luso de Psicología del Deporte que organiza
la Facultad de Psicología de la UNED, podremos seguir avanzando en el
conocimiento no solo de las intervenciones más eficaces para el rendimiento,
sino de cómo adaptarlas a la idiosincrasia de cada club y de cada jugador. ( Twitter: @IXhispanoluso)
Raquel Rodríguez Torrado
Asesora y Formadora en CTM Rivas y CTM de Getafe
“Premio Isabel Blanco”2014
Asociación de Titulados en Psicología del Deporte. UNED
Twitter: @raquelrtorrado
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