Cuántos más partidos veo más aprendo y cada
vez estoy más convencida de que es
fundamental para ver conductas, para empatizar con emociones y para entender
cómo se manifiestan de forma más o menos evidentes ciertas variables o procesos como la motivación, la atención, el
estrés y la confianza.
Durante estos dos últimos fines de semana, he podido
observar un proceso muy significativo que creo necesario que los jugadores
conozcan, entiendan y decidan usar de una forma u otra, el REFUERZO(¡¡¡ Choo¡¡¡ Vamos¡¡¡¡ Tomaaaa¡¡¡¡¡ ).
Hay jugadores que dicen que se refuerzan bajito, para ellos.
Les da un poco de vergüenza decirlo en voz alta y no se sienten cómodos cuando
lo hacen.
Otros jugadores lo hacen de forma más o menos intensa, como
parte de una rutina bien entrenada y muy positiva, respetando al rival y usando
ese refuerzo como autodiálogo positivo e instrucción precisa para mantener el
esfuerzo y la concentración (otra cosa es que el jugador contrario tenga una
percepción errónea de este refuerzo y considere que es una provocación).
Los menos, la usan
como una estrategia para desequilibrar, desconcentrar, amedrentar al rival.
Usan el recurso más como un arma como
las “hakas” de los All Blacks en rugby pero sin el respeto que estas muestran
al rival. La agresividad de esta forma de refuerzo tiene dos efectos importantes
que los jugadores deben conocer:
a. Para el jugador que emite el refuerzo como arma para desestabilizar al rival.
El efecto que produce un grito tan intenso y agresivo es un
elevado nivel de activación fisiológica: la presión cardiaca se eleva, las
hormonas del estrés glucocorticoides y catecolaminas se disparan provocando
alteraciones en el sistema inmunológico y digestivo. La respiración se agita
haciendo que llegue menos oxígeno al cerebro por lo que alteramos el ordenador
que emite las órdenes al cuerpo. La tensión muscular aumenta y los movimientos
se hacen rígidos y agresivos, en definitiva la “Respuesta de Lucha” del cuerpo
aparece. Si eso lo hago en un campo de rugby donde puedo descargar ese exceso
de energía en 100 metros de largo por
68 de ancho pues es posible que me pueda ayudar.
Si mi área de actuación es 14 metros de largo por 7
de ancho donde tengo que meter la bola en un área de 2,74 x 1,525 metros donde además la bola puede volver con un
efecto no previsible en la mayor parte de los casos, pues es una mala idea
convertir tu herramienta de trabajo en un misil M-16.
b. Para el jugador que se enfrenta a este tipo de jugadores.
En los siguientes casos alterará mucho el rendimiento
deportivo:
Cuando no se tiene mucha experiencia.
Cuando la confianza es baja y la percepción de los propios
recursos limitada.
Cuando estoy enfadado con el mundo y creo que todos van a por mí.
Cuando tengo un temperamento fuerte y no soporto que me
griten en la cara.
En todos estos casos si bien no puedo controlar a mi rival ni las cosas que hace o dice, si puedo cambiar mi percepción de lo que estoy
viendo y usarlo en mi propio beneficio. Además puedo desactivar el exceso de
activación que la conducta del otro me provoca con técnicas como la
respiración, parada de pensamiento y autoinstrucciones.
Cuántas veces al día, a la semana, al mes nos dicen que
somos buenos en algo, qué bien hemos trabajado, estudiado, hecho la tarea… Me
temo que pocas.
Los partidos pueden ser una fantástica ocasión para que la
persona que siempre está conmigo, la que mejor me entiende, y me comprende, la que
sabe qué es lo que me pasa, por qué estoy pasando una mala racha o por qué
tengo que callar ese dolor o frustración que siento por algo … esa persona soy
yo mismo. Cuando aprovecho la oportunidad para valorarme, para escucharme decirme
que he conseguido un punto , estoy invirtiendo en mi autoconfianza, autoestima
y estoy generando serotonina y dopamina sustancias fundamentales para el estado
de ánimo y muchas funciones cognitivas importantes como la atención y la memoria.
Si los jugadores entienden bien el refuerzo y las
implicaciones físicas y mentales que tienen, habrán avanzado mucho para ser no
sólo mejores jugadores sino más honorables, honestos y respetables en todos los
aspectos de la vida además de disfrutar de su deporte en las competiciones en
vez de sufrirlo.